El final del año 2021 encuentra a Chile en medio de una sostenida ola de violencia en el sur de su territorio, con más de una treintena de propiedades incendiadas durante esta semana, varias de ellas cabañas de turismo a orillas de un lago, debido al largo conflicto entre el Estado y grupos de la etnia mapuche.
El ataque a los inmuebles -que afectó a viviendas y 18 albergues turísticos- se dio en la jornada en que el Congreso de Chile debatió prorrogar un estado de emergencia en cuatro provincias de las regiones sureñas de Bío Bío y La Araucanía, lo que permite al Gobierno tomar medidas excepcionales en el epicentro del conflicto.
«Cada vez que estamos discutiendo una renovación hay ataques importantes en la zona. Uno podría decir que están relacionados con este debate o con otras causas que son judiciales», afirmó el ministro del Interior, Rodrigo Delgado.
El funcionario agregó que «la gravedad de estos ataques amerita seguir adelante con el estado de excepción».
El Congreso extendió finalmente el estado de emergencia, vigente desde mediados de octubre, hasta el 10 de enero próximo, con el fin de frenar la violencia.
Pero críticos de la medida señalaron que este enfoque militariza un conflicto más profundo con las comunidades mapuche que reclamaron por años la devolución de sus tierras ancestrales, entregadas a privados y empresas forestales.
El grupo «Resistencia Mapuche Lavkenche» se adjudicó los ataques y adelantó que no pararán su accionar «Ni con Piñera (Sebastián, el actual mandatario) ni con Boric (Gabriel, el reciente presidente electo que asumirá en marzo)».